Dame un titulo..

Una vez que miras a tu alrededor, te preguntas «¿le harías un favor a la sociedad deshaciéndote de todas estas personas?». Habría exterminado a medio mundo de no ser tan vago. 

Odio decirlo, pero todo nuestro mundo luce así. Esta podrido. 

«¿Qué es esto?» ¿Qué me pasa? Porqué mi corazón se siente sin vida y vacío. 

...Eso me pone triste, en realidad. Pero hay algo que me molesta últimamente, mientras los días pasan mis emociones desaparecen, miedo, tensión, alegría, enojo, ya no los siento,

Quizá haya perdido algo que es esencial para ser humano. Estoy en el mismo sendero interno. Lo mío solo se quiebra. 

Antes, solía sentir todo tipo de emociones al "vivir" excitación, pánico, ira. Dije todo lo que sentí. 

Todos los días llego a casa ileso y reproduzco, brusco y serio mi lista de canciones. 

Cuando estoy afuera, pasando entre la multitud y paisajes, no siento, que a mi corazón le importe ya. 

Este sentimiento, es abrumador. Me pesa en el pecho, visitar sitios en épocas alegres o ver a las personas divertirse, únicamente lo hace más amplio. Muchos laberintos bifurcados por las imágenes que llegaron, que ya no recuerdo. Quiero decir, hago lo de continuar adelante, aprender y observar, sólo como hobbit.

Pero mientras siga disfrutándolo, al final es lo único que me importa. 

Eventualmente, acabare con todo. 

Sólo es cuestión de tiempo. Llevaré este ser a otro sitio. 

Aunque signifique sacrificar mi mente y alma. 

Hoy he vuelto a verte, quizá sólo sea un espejismo.  "Hay cosas que podemos tener... Pero no conservar".

Una vez más, siento esa incertidumbre de pensar en lo que sucederá... Me siento abrumado tanto por la magnitud de mi proeza como por la alegría y felicidad que tú me conferías.

A veces suelo visitar lugares desiertos, oscuros y en silencio. 

Me recuerda a mi niñez, aquella falta de inmadurez e insensatez.

Tenía mucha energía, y un cachorro el cual con toda mi alma quería... Pero un día, un transporte de carga, acabo con su vida. Murió mi simpatía. La tristeza y la decepción me arremetían. 

Hubo un tiempo en que la muerte me persiguió, la impotencia y miedo de mi se apoderó.

En ése entonces solía escuchar voces, gritaba en mi mente desde entonces. 

Fui creciendo, y la luz en mis ojos se fue desvaneciendo. 

Cuando llovía, saltaba en charcos con mis zapatos mojados, rotos, corría, nada me detenía. Aunque terminase, enfermo todo el día. 

No sé si me encuentre molesto, trato de buscar respuestas, por supuesto. 

Me divertía, hacia Metro cables de cerillas de cigarrillo, mi padre alguna miseria y sentía que era millonario, parecía, el dinero, ambición y codicia. Apestan. 

No es como si generarán grandeza. 

Jugábamos a tantas cosas las cuales disfrutaba. Sin embargo, mi tristeza me fue envolviendo y mi sufrimiento me fue consumiendo. 

A los 7 años, ya era todo un hombre, aunque no conforme, quería ayudar a mi familia para entonces. Y las esperanzas también se rompen. 

Eramos pobres, la guerra nos había robado lo poco que mi padre y madre consiguieron. Tuvieron, que huir, para que sus hijos pudieran crecer y tener una vida feliz. Ahora me siento infeliz. 

Con mis amigos compartí, pero la vida se los llevó antes que a mi. La desgracia apareció y la luz en mis ojos se desvaneció.

Mi padre solía llevarme a comer helado, pero ahora camina triste y un poco drogado. No confío en nadie, vivo en una constante duda y cuestionario interminable. 

Vivo bajo mi propia convicción. Y evito caer en la droga dicción, aunque a veces no hay elección. 

Hoy en día, me la paso acostado. A veces intento evadir la realidad, con cigarros, alcohol o drogas y por eso me han criticado. Estoy algo cautivo con el corazón sin latido, en este sentido. 

No próspero, a veces me desespero. Le ofrezco a las personas todo lo que tengo y aún así. Suelen decir que es todo lo contrario, parece un escenario, de drama. Da más lástima escucharlo. 

A quién engaño con mi familia he discutido, hasta peleado y luego llorado. Y con mi mente me he recuperado, de aquel estado. Deshabilitado he caído. 

Me pregunto si no sienten, nunca les he visto reaccionar de esa manera. 

Sólo sé que de mi, se quejan, luego me calló y les doy la razón, mientas sufre mi corazón. 

No me gusta ver a mi madre llorar, pero sé que algún día todo va a acabar, espero que aquellas personas que me quisieron... Me puedan perdonar. Quizá ya no vaya a estar. Intente mejorar, pero todo suele empeorar. Trato de escapar, distraerme con más frecuencia. Pero la ignorancia, no es mi más grande creencia. 

Tengo expectativas pero no le encuentro rumbo a mi vida, tampoco una salida. 

La Play Station, a la que solía jugar, no la suelo tocar. Quizá el celular, sólo la Música me pueda calmar y de vez en cuando cantar u acampar. 

Visito algún Bar, constantemente, envuelto entre la gente. 

El alcohol es mi único sobre saliente. 

El cuestionario es inminente. Me pregunto a veces si estoy dando suficiente, mi rendimiento es decadente o deprimente, lo mismo de siempre. 

No sé cuando me vi envuelto enmonotonía, pasar de la ignorancia, a la crueldad, y carencia de empatía de esta cara fría. Esta ciudad nunca duerme, y suele devorar el verde. 

Ya ni me relajo, tengo tanto trabajo. Comienzo con esfuerzo, y termino siempre abajo. 

Suelo escuchar a Canserbero, todo su trabajo me parece bueno y sin relleno complejo. 

Me siento identificado, en algunos de sus versos, líricas y poesía. 

No suelo ver la luz del día, mantengo encerrado todavía. Mi alma sigue aún vacía. 

Comencé, regrese, puede que la tristeza la disimule, y que las personas a veces me esquiven.

Quisiera regresar atrás, dar más vueltas en este compás. 

Volver cuando era pequeño, a mi adultez anhelar e ignorar todo lo que en la vida hay detrás. Ser infeliz, en verdad. Me molesta. 

Pero, sé que nada de eso volverá. 

Con algunos, poco suelo platicar. Sé que no todos entenderán. O intentarán animar mi rostro, para quedar bien o mal, quién sabe. 

Están por delante, y no suelo llegar a ningún debate. Sólo a mero combate, con estos primates. 

Mi desempeño, suele fastidiarme, quisiera ser pequeño otra vez y no preocuparme por  envejecer, ejercer el derecho de poder ser yo, otra vez. 

Apreciar cada momento y detalle de ese tiempo aquel. Y no sólo verlo mediante un papel. 

No preocuparme por el estrés o el mal que estoy por conocer, que de seguro a cualquiera vendría a desvanecer. 

Suelo asustarme, con lo poco que escribo. Ya que de esto, nada recibo. 

En algún tiempo, también quise escribir un libro, para tratar de salvar a personas que sintieran el mismo vacío, aunque mi léxico y ortografía sea limitada. 

Soy activista a la felicidad y aunque no esté alegre siempre he aprendido a valorar lo que me ha dado la vida, sin lucro para mi mismo, una mente sana y un alma libre de egocentrismo. Pero nada de eso te sirve, cuando no tienes interés en ascender. 

Hoy en día, sólo pienso en el suicidio e intento vivir una vida más plena, aunque la sienta ajena dedicársela a alguien más, hay tantas cosas que quisiera contar y dejar atrás. 

Quejas anular, desintegrar, y sonrisas sinceras generar sin intentar disimular, todo lo que hay detrás. 

Aquí es donde cierro el telón. Me sube la presión, por tanta atribución y desilusión. 

Quisiera salir de este carrusel y desaparecer. 

Mi consciencia, no está podrida. 

No vivo en medio de la hipocresía, pero sin duda a todo aquel con ello... Lo mataría. 

Podría relatar más, pero pocos lo entenderían. 

Su criterio y razonamiento habrá que practicarle un levantamiento por que parece estar muerto. 

Me he visto en el ataúd, donde por supuesto también llegarás tú.

Sobrevolaba, valoraba y ahora la vida no me ofrece nada. 

Escupo realidad y me drogo para evitarla o sacarla, en esta charla, basada y dictada, pero, si te doy la mano sólo es para ofrecerte ayuda. Y yo, no sé nada. Tan sólo que vas en clavada. Dentro de este radar, donde te meterán dagas hasta en la quijada. Pero algunos pueden ser los más fuertes de las gradas. 

Así funciona.

~ Mariana Quintero ~