Dos mundos, un solo deseo...

A de pensar tan solo que aquel primer mensaje nos iba a llevar a tanto, no hubiese dudado un momento en hacerlo antes. Tu mirada y la mía se cruzaban y pedían a gritos un encuentro, que poco después se daría con aquella propuesta que rompía con dogmas y reglas sociales, pero vos y yo sabíamos que esto no importaría.

Aquel primer beso en ese lugar de cuatro paredes, un televisor, un control remoto, una cama tendida con sábanas beis, con luz blanca, todo aquello adornaba aquel cuerpo que pronto sería mío. No se escucha nada, solo tu respiración y la mía que por el rose de nuestros cuerpos y el calor del éxtasis que nos sube de los pies a la cabeza y que queman al rosar esos labios con los míos. Dos personalidades diferentes, yacen tendidas en aquella cama, en el que tu cuerpo y el mío son uno solo al compás de los agitados corazones. Solo aquel lecho, conoce nuestro secreto y nuestro infortunio; solo él ha presenciado el desbordar de nuestros deseos con el encuentro. Uno tras otro, donde solo el cansancio nos impide seguir, fuego con fuego y cuerpo con cuerpo combaten y consumen aquella agonía que desde el primer momento los dos ya se tenían

Autor:

Wileer Mora